Del caminar y volver,
del volver a aprender,
del mirar y observar,
del amar y querer.
Maestro de los juegos,
juegos sin fin, ni porqué
juegos por jugar y estar,
no por ganar o perder.
Del esperar, del entender,
del expresar y comprender,
de las mañanas despertar,
y sacarme de un ojo su pie.
Maestro de todas las cosas,
de lo malo y de lo bueno,
de no tocar el tallo de la rosa,
que si toco el horno me quemo.
De la alegría, la sonrisa,
de la felicidad plena,
del que todo es igual,
de la siesta extrema
Es maestro, de corazón puro
enseña desde la inocencia,
desde donde lo hace un niño,
desde su mundo de transparencia.
Sin envidias, ni rencores
sin engaños ni ventajas,
es un mundo de niños,
si sos adulto no encajas
Es mi hijo, mi maestro,
de él aprendo sin palabras,
lo miro, y todo entiendo,
mi maestro, muchas gracias.
Gracias Valentino por elegirnos, felices 2 años.
Viejo Ciruja - 24/06/2014